jueves, 24 de septiembre de 2009

Zigurat

Acaba por matar, entre el agua, un verso
a la simiente de mi espíritu, que si miente
sangra y opaca el baño, firmando: Marat.
Y del rojo al gris del puerto. Al partir, adverso,
al viento que se alza de forma estridente
en la esfera celeste del almicantarat.
Y yo, de roca y fuego, el maya, sin zigurat
que resigue el calendario apocalíptico
en la fragua de un dios soleado,
que aquel hueso en mi alma a vedado.
Yo, de mi pirámide asiria, críptico.
Y más nada que de mi pluma testigo.
Sin dios, ni ley; de amor mendigo.
Fue Licio: sol, rima, jefe de musas y futuros.
El agua, el polvo: mi tumba, mis muros.

La sangre, la llama; mi alma, mi abrigo

Periplo

A más ver, desazón, capitán araña.
Con el heroico pesar de Diodoro,
que de estrellas hice mi tesoro
y del respingo de Estrabón mi Bretaña.

Celtibero, ara gigante, con el lenguaje Castellano.
Y de viajes por Castilla, casi Leonés.
“Con la iglesia hemos topado, amigo mohicano”
Y su monje, lisiado, mi fue tornó a es.

Miguel, su nombre, de Lepanto torturado.

Y, los vientos, mi velero, sufrió con la fazaña
del culterano casi fino en disputa conceptual.
“En tu soberbia misma te detienes” gritaba con saña
el novísimo nombrado, al charco, con su verbal.

Desamigo del Dinero, compañero de la Tacaña.

Continué mi Odisea, de viajes y quimeras;
cruzando el Lete, el demonio, me habló de Dante.
“Adelante, si son nueve, nada más” Repitió Eneas
Y me hice al folio, con Virgilio por acompañante.

Hasta las Orillas del Duero, donde acababan las mareas.

Corto, Beatrice, se hizo el camino al Averno
Y, el murciélago, no me atemorizó gracias a Darío.
Que las Sesenta Flores Grises me pusieron tierno
y los Poemas de Amor, fueron sólo Veinte desvaríos.

En un viaje por mil mares, por cien mil cuadernos

El jardín de mi ventana

Sólo, para buscar pan de trastigo, saliendo,
el verso encabecé, de la cuita, en la estancia,
y allá fuera, Bosch, el Jardín de las Delicias;
y aquí dentro, amor, el Jardín que está sufriendo;
encarroñándose, mi cuerpo, en las húmedas ricias.
No son tiricias las pericias
ni fuego el aguardiente
escucha solamente
si por mí no habla el sonido, al cielo,
que quizás dueño no sea de sus cantares
y libre acontezca revestido de soleares;
que yo más peno y menos veo mi suerte
pues mayor no se me haya que besar el suelo;
y que el mar de mi Venus yace pestilente
por mucho que lo adornen las ardicias.

Adiós consuelo, adiós soñares, adiós mi muerte,
que peor que tú gabela es mi vida sin caricias.

Quebrada piñata

Férreo cansancio que marcha en desbandada.
Desvelado como la peineta de las ventas mal mandadas.
En las lonjas donde cupieron malhechores y piratas
que sacaron tajada de mis gamas y lisonjas.

¡Ay, mi felicidad, quebrada piñata!

Redobladura del rozar de los rocines de mi calma,
que arrastraran, las cabalgaduras, en sus alforjas,
rojas las tramas de las damas que desecharan gorjas
que mal cantaran, que tiempo ha, se embadurnaran
del mismo fango que cubriera mi jalma,
donde durmiesen mis sueños más que mi alma.

Noble mestizo

Soy el espasmo del viento contra la roca.
El lamento que cierra las puertas de tu boca.
Aquel perfil harmonioso abetunado.
El lobo que espera, a la luna, callado.
La luna loca que choca contra la peña.
La leña que enciende el chamizo.
El sol que enseña el camino desflorado.
Soy el traspié. El tentempié de la broca
que agujera un temor malacostumbrado.

Soy una calada a las vestiduras de un Dios odre
Un borde. Soy el desorden personificado.
Soy discorde al acorde que marca tu son.
Soy el redoble desacompasado.
El mandoble cobrizo, dejado.
El noble mestizo. El daño al cornizo.
El escurridizo corazón enamorado.

Memento

Entre resquebrajos de mortajas perdí mi elemento,
El único que me hacia subsistir entre cortinajes y mementos
Que cubrieron mi piel y forjaron mi tartaja,
Donde se raja mi alma en la cama del tormento.
Ay Bradomín falso esperpento,
Espero tanto de ti, suaves nubes
Que dieron al cemento. Mi fin.
Agua de rocío. Sabor del gentío.
Y sé que no sé que sé sonreír
Y sé que a veces me miento
Y sé que no sé que sé que es por ti
Y sé que cuantas veces supe
Que sabía morir, supe
Que sabia que estaba muerto.

lunes, 6 de julio de 2009

VIRAJE

Lindas lindes de landres secos
se aglomeraron junto a mi mano,
apretujando mis trastruecos
en un único viraje mal mandado:
El viaje al mar de la nada, a nado.
-“De nada, Dios mal confeccionado”
A mala gana ya encontré mi recoveco
entre los huecos de los flecos
de su pelo enmarañado.

TRATO

Un ente extraño me dijo que dejara de escribir,
yo le dije que cuando dejará de sentir.
Inquirió que era demasiado general, imposible.

Él respondió que cuando ella me dejará de amar.
Inquirí que eso era demasiado particular, probable.
Decidí ofrecerle el siguiente trato:

“Cuando tal imperecedero precio malgaste, en mala hora, y que no posee,
para el reloj de cadena, la arena, que me ata a ambas, de amarla dejaré
al tiempo mismo que escribir”


Él acepto confuso, yo no pude hacer mas que sonreír

“Que tonto” Fue lo siguiente, y último, que osé decirle

TANTOS FEBREROS TONTOS


Me miraron tus ojos de cemento y me rozaron las manos de hormigón que confeccionaron mi colgante de desganas, siendo la tartaja del mercadillo en la prisión de los fracasos que huele a azahar, donde violé al azar en el ruedo por los frutos del almendro. Donde paseé por tu vientre fumándome la desilusión, con la cara del perro apaleado que gateaba, trenzando el suelo, con el vals de los borrachos, cruzándome con las piedras y los penachos de las hurracas que repiquetean a los pastores que están en vela ya que el rebaño no hace caso, que cuentan que se cuela mi voz por los fardos y levanta las pasiones destartaladas en las dulceras. Y es por eso que tras tantos Febreros tontos, pasé por los paseos más patéticos, jugando con los muñecos de papel de fumar más presumidos, que se prendieron en la noche más oscura jamás descrita por este trovador, que no conoce más que el clamor de un carro que circula por tus tacones, siendo mi leal sonido, la tonadilla en guisa de apego bendita por lo soles.

SUEÑO OSCURO


Despojado sueño oscuro, dos almas fueron unidas.
Del son las carcajadas negreras fueron chamizo,
espino carácter y tañido hábitat enfermizo.
Verdes esputos de esperanzas ya perdidas.

Fuera otra cosa quizás si tu mano alumbrase,
ni que fuese luciérnaga en la noche febril,
donde el sudor y amor bañan el candil,
allá donde, al mío, tu cuerpo se enrase.

Sé que en tu solana planta la bonanza,
no quiero liarme, encenderme, fumarme la roseta,
no sin descifrar tu adivinanza.

Necesito más noches repletas,
donde el lobo no luche con el sioux a ultranza,
donde el cielo no haga las maletas.

SOY

Poeta de calleja,
de adoquines,
de pereza.
De trajines
de realeza
con festines
de mimbrales.
Son mástiles
los mastines
que exponen
mi fiereza.
¡Que te arrimes!
que rugen
los timbales,
que se endereza
la corteza
que te pide

SÓLO SÉ

No sé de amor, si no me enseñas.
No sé hacer, con el corazón, una mierda.
No sé de la pasión, ni de la llama, ni de la leña.
No sé pasar tiempo lejos de mi casa.
No sé de ningún talento, hice de la inteligencia una guasa.
No sé de mares, ni de piratas.
No sé de anclajes sin erratas.
No sé de princesas, ni de noches de pasión.
No sé de riendas sueltas, ni de la palabra traición.
No sé de circos, donde no crecieron los enanos.
No sé de guisos, ni de cantos, ni de pircos.
No sé de el buen tábano que no picó.
No sé de la palabra cursilería, ni serlo
No sé de la timidez cuando estoy solo
No sé, aunque a veces debería.
No sé que pasaría si estuviese ebrio.
No sé si soy yo o mis nervios.
No sé, pero me puedes vida mía.
No sé si me arrincona Soledad.
No sé si tengo amigos.
No sé si doy y no recibo.
No sé si me quedan más caminos por rondar.
No sé de miradas furtivas.
No sé de chicas atractivas.
No sé ligar.
No sé que digo.
No sé soñar, si no es contigo.
No sé de tus besos y sí de batallas perdidas.
No sé de efusiones cegadoras reprimidas
No sé si por ir ciego por las drogas quedé cohibido
No sé hacer un mundo, de este poca cosa.
No sé más que de palabras a la deriva.
No sé hermosa que más hacer
No sé si me espera una conga.
No sé si será un ballet.
No sé de Vaganova.
No sé los artes de Molière.
No sé de Vaslav, ni de Romeau, ni de Noverre.
No sé del Cascanueces, sí de tabernas
No sé del alba y menos vi el atardecer
No sé cuando bailaras a mi son
No sé hacer de música mester
No sé si son tus piernas
No sé si es el ron.
No sé, pero una de las dos me hace enloquecer.
No sé de playas,
No sé de ríos
No sé de gayas, ni de críos.
No sé, No sé..
No sé ni que te pido…

…Solo sé que te has perdido y ni siquiera te encontré…

PINOCHO


Soy como pinocho
y te tengo hasta el chocho
de refregones de madera.
Que te quemas si me rozas
y me prendo con tus soles.
Hicieron de mí cambocho
y me convertí en balsera
ahogada en las ascuas
de las tabaqueras y crisoles.
¡árbol va!
Y las hojarascas fueron charoles.
¡árbol viene!
Y las astillas echaron a volar.
¡árbol me tienes hasta los cojones!
Y yo paré de andar
para darme a los alcoholes.

Mis huesos fueron clavos
que ataron a la soledad
junto a la locura,
en los deleites de tu alamar.
Convirtiendo nuestra historia
en placer de lavabo.
que soy de palo y no cago,
que fueron tus gruñidos
los que dieron de que hablar.
¡No miento!
Que esto que crece…
Es cuando te miro
y enarbolo mi talento
en las delicias de tu mirar.

PASIONES DE MANTEL

Las brujas fabricaron mis agujas,
con la que cosí en mi pajar,
de las plumas de las palomas
que se alojaron en la 512
de los sueños rotos
en el fondo de mi penal.
Yo fui turco por un día,
cayendo por los barrancos
“que ya no me atrabanco, hip”
Le decía a mi amiga alegría.
De nuevo en el asfalto
por no verlas venir yo me veía.
“lo juro por mis huevos, hip
que no existe otra caía’".
Me hice amigo de las luces
y copulé con las farolas
Me encaramé sobre las olas
rezando a tu baldía.
Llorando mares de coñac.
Desmoronado en tu regazo,
vomité y vomité mis vocablos
por no beber de tus labios,
por no saber de tus abrazos.
Por enmudecer al mezquino bullicio
con el rebuzno de este burro
Este pez que nació en vino
En las charcas de tu rechazo.
“Voy pa’ ya”
De mi penal a su portal
dos manzanas y dos peras
“Y vaya peras hip”
fue lo que tuve que andar.
Fui fiel a mi manta
y no fallé a la carretera.
Quizás follé con esa rata
“que cara de mojigata, hip”
Como me pone el bacalao
de tu abacera.
TOC-TOC
¿Quién es?
Soy gato por liebre.
Vengo a darte de beber.
Soy lo que mas quieres.
Soy noches de vino.
Soy noches de J.B.
Soy noches de sigilo,
en pasiones de mantel.

OCHO PALABRAS

Jamás amanezco oscuro en una dulce danza macabra
Dicen que miento cuando digo: “no la quiero”,
No soy dado a la mentira, contesto certero,
no escribo nunca horribles frases de ocho palabras.

NO QUISO MORDER



















Le crecieron gusanos en pomelos
que no quiso morder.
Estrujó entre sus dedos
la fruta de la incomprensión.
Meció la cuna de las dudas.
Sea ángel sin alas
o bruja sin escoba,
convirtieron a esa loba en zorra
y fue perdiendo altura.
Esperó a su príncipe en la calabaza
que el mismo le ofreció.
Murió en desolaciones de soles,
de sensaciones,
de la luz que jamás le alumbró.
En mejores circos ya tocó
la lumbre del caballo.
Lucharon en mejores arenas
su escudo y sus espadas.
Que duerme inerte bocabajo,
ya de tantas puñaladas.
Recogió escombros por callejuelas
de penas, de condones, de jeringas…
Hay mujerzuela sin reliquias,
que cuece en la cazuela de las hienas
el traqueteo de la vía.
El traqueteo (trac-trac)
De un corazón sin vida.
El traqueteo (trac-trac)
De la mujer que probó suerte en la ruleta rusa
Convirtiendo cada bala insulsa
en una de sus heridas.
(Clack-Clack)
Ay mujer suicida.
Siendo pulga de delgados perros
supo más de la vidorria
que de sueños.
más de dueños que de flores.
más de asientos traseros,
que de camas y colchones…
más de lenguas que de besos,
más de follar que de eso…
eso…
eso con lo que merendaron sabuesos…
eso...
ese marrón que se comió,
eso de las películas
que no apareció en su televisor.
Tartanas de torpes
torpedos, trajinaron
tantos tangos,
tanteando tantos peros
que convirtieron sus pucheros
en potajes de lagrimas
sin mensaje.
Haciendo porte al masaje
de golpes que soportó
y absortó su lenguaje.
Gajes del oficio
de un amor sin engranajes.
Bruja enjuta por soledades,
hermosa con respuestas sin preguntas,
aguja sin enhebrar,
camino sin ruta,
carne fresca en la colmena
en la que cenaron abejas hijas de puta.
Sabes que no sabes
más que de sables
que fueron a parar a tu pechera.
Sabes que no sabes
de guerras
que no escondieron
falsas trincheras.
!vaya mierda!
joder,
que le crecieron gusanos
en pomelos que no quiso morder.

NANA DE A MIS PENAS

Murió la niña en la cuna,
que mecieron las congojas.
Murió viendo sol y luna,
tras los filos de las hojas.
Murió con sus ojitos tornados,
haciendo honor a mi desidia.
Murió con furtivas miradas,
que arrastraron sus envidias.
Murió ahogada entre las sangres,
de las sabanas y ropajes.
Murió ahuyentando el aire,
mudando espumas por lenguaje.
Murió entre oscuros cristales,
viendo apagarse las luces.
Murió olisqueando sus heces,
y dejaron de oler las flores.
Murió su corazón de retales,
cayendo de bruces.
Murió entre dolores,
de muertes poco dulces.
Murió entre canales,
entre poros y agujeros.
Murió calado su aire,
al esfumarse los pulmones.
Murió infeliz.
Escudriñada entre los perros.
Murió el matiz.
Se fue con malos pelos
Murió sin saber reír.
Mordisqueada entre las ratas.
Murió sin saber vivir,
entre tambores de hojalata.

MIERDA DE POETA


Encontré la fórmula para apreciarme anverso al espejo,
sin que las ganas de arquear consiguiesen hacer mella.
Topé nítido mi vetusto sucio reflejo.
Dime cuenta, que mirando al tramo, no se ven las estrellas.
Derroqué mis demonios por la sin razón,
deseé hallar satisfacción en hacerlo.
Me aferre diligente los cojones para hacer caso al corazón.
Me dieron gracias por saber vencerlos.
Asimismo, supe acertar mi júbilo tras oler
las flores que relegara con mis pisadas.
Viví seis meses en el Abismo para volver
de la mano de Perséfone y las hadas.
Turbio fue el camino que postró a un dios
ante los prójimos de infame palabra.
Conseguí vislumbrar en mi tos
una afable sinfonía que convertí en mi balada.
Por mis cojones que no vuelvo
al sitio en que me quisieron encerrar
¡Hijos de puta, que de nadie soy siervo!
Hoy tan solo huele mi esencia a libertad.
Renegó de mí el vocablo fervoroso
y encontró, la basura, más hojas que la libreta.
No obtendrás, leyendo, gozo
pues soy mierda de escritor y mierda de poeta

MI TAMBOR

Manoseé los tambores de tus pómulos,
enhebrando así la mueca de princesa.
Me acostumbré a apuntillar los baticulos
donde se amarraron nuestros corazones
para dar quehacer a las cerezas,
lidiando por ser mejor que nuestra unión.
Ni de coña nos prevalecen.
No merecen el olor de tu cabeza.
Los cabellos que cantan por soleares.
Con tus soles revestidos de cantares,
los almendros que crecen de retales
de mi afecto hendido tras tantos matorrales,
guardados ya en el abazón
que forraste de cristales
reflejando la temeraria esencia,
la ciencia que nos enreda
en los flujos de la luna
en la bruma y en la locura
de las fraguas de la pasión.
En las olas de las horas
Tic-tac
de mi cruel reloj,
Desleal a mis sentidos
y fiel a mi tambor
el que acarició en tu sonrisa
para enarbolar en el árbol de tu mirada
la rebeldía de mi amor.

MI SOLEDAD
























Del habla, agora, mi mano se espanta,
guerreando con mi voz, talento apesadumbrado,
pensando si acabar con talento y cuello ahorcado,
decidiendo que ya era suficiente el nudo de mi garganta.

No hube visto jamás mi cólera tan comedianta,
ni a mi principio siendo tan vulgar muñeco.
No hube visto jamás tan replicón a mi eco,
ni a mi final, muerte, tan vulgar acompañanta.

Mi llorar fueron sangres y mi mal una viruta,
mi sufrir fue una virtud y como virtud
la más hija de puta.

Mi caminar fue una hora de burdel por sustituta,
mi soledad fue una mentira y como mentira
la más astuta.

MI REGALO

Salí una mañana buscando en tus luceras
mil de mis perdidas primaveras inocentes,
salí envuelto entre gentes
que tenían por trincheras,
madrigueras, donde esperaba verte.
Te encontré, satisfecho,
ahí donde brota mi corazón
y termina mi pecho,
donde la pasión y la rebeldía
se hicieron bajo mantas sin techo.
Al acecho mil trechos por caminar,
donde nuestros pies y nuestras manos se entrelazan,
donde las lagrimas por llorar no se amargan,
que ya conocen,
aquello que entre roces,
surgió para amar.
Y fue mi alma y mi calma.
Y fue mi cama la que tubo que aguantar,
los pesos de los besos y los versos
que dieron mucho de que hablar.
Que cientos de cuentos
cuentan cuando canto por ti.
Que no pienso sufrir.
Que mi regalo fuiste tú
y mi sentimiento fue aquel lazo,
que enjutó tus abrazos
donde me hice una casita para vivir.

MI CASITA

Quiero hacerme una casita en tu boca,
que si no es agradable, ni acogedora,
revestiré de cortinas rosas las ventanas
y olerán a clavel los aromas de la cama.
El vino se derrama en la alfombra,
mientras se desboca la avellana.
y los manteles se zozobran.
En esa casa pequeña
donde hasta las paredes me sobran.

ME PONEN

Me ponen. Me ponen las rubias
que balancean sus cuellos
al son de mis labios.
Que convierten en besos la lluvia.
Que nos conducen al lugar más bello
donde no existen agravios.

Me ponen, me ponen las rubias.

Me nublan con su fina boquita,
con sus roces callados.
Con su salvaje sabor en mi memoria.
Sean grandes o chiquitas
las mezo de lado a lado,
entre mi saliva y su euforia.

Me ponen, me ponen las rubias.

Convertí nuestra historia en apego,
entre sus culos firmes y redondos,
donde mis manos encuentran el mayor placer.
Las enjalbego en mi juego
de hacerlo por recodos
desde la noche al amanecer.

Me ponen, me ponen las rubias

que no saben de vergüenza,
que saben refrescar con su melena
así como calientan con su cintura
Que me pierden la cabeza
y mi pasión no se serena
ante sus sinuosas formas y textura.

Me ponen, me ponen las rubias.

¡Me ponen las rubias que enturbian mi mente!
Me ponen, me ponen
aunque sean más de veinte.
!Me ponen las rubias sean finas o de braveza!
Me ponen, me ponen
no cabe mas certeza.
!Me ponen las rubias sean cabos o tenientes!
Me ponen, me ponen
si están entre mis dientes.
¡Me ponen las rubias sean putas o de realezas!

!Coño, que me ponen!
No se vivir sin mis cervezas

MANRIQUEÑA

Ha aquella malencoliosa
vi como cosa inerte,
la mañana.
La oigo tan herrumbrosa,
así dejola a su suerte
la almohada.
Dejaron atrás la piedad,
los oscuros caballeros,
para ella
Y sin escrupulosidad
comieron, carroñeros,
mi estrella.

MAJESTAD ENTRE SEÑORES

Fue crecido en la nueva luna,
entre la dehesa.
Coronado, majestad entre señores
con juguetes de madera.
De ojeada sagaz y corazón noble.
No abarca vacilación
que enseñó los dientes hasta sus topes.
Exprimido por su amor norteño.
Fugado de su tierra
en los albores de la cuna
menos por miedo que por sueños
más por pasión que por fortuna
Mío fue el don
de crecer junto a su vera.
¡Haciendo arte a partir de leños!

Hoy ausculto jadear mientras se adormece
y no consigo más que reír.
Aun repaso cuando era un niño
y me crispaban sus ronquidos.
-¡Papá, papá, papá!
Hoy doy gracias por su latir.


Hoy respira dando a los vientos quehacer.
Que engendra tempestades
así como produce enmiendo
Puede que no sepa a hierbabuena su mester
pero si su trajín se contiene,
se frena el mundo y dios queda entuerto.
No me pueden con ataduras
Que hoy renegué de orden y copla
herrando solos estos versos.
¡Me la suda!
que me pierde mi actitud
que fue de madera mi chupete
de madera mi pupitre
de madera mi cayado
y de madera mi ataúd.

LUNAS DE POCA GLORIA


La hueste disparaba hacia fuera.
La defensa era dura y férrea,
de espíritu inquebrantable
pero franqueable su consistencia.
No arraigarían demasiado, la mitad asfixiados,
en el arduo fulgor de la tierra,
debido al poder devastador,
caían al olvido detrás de corta espera.
Las saeteras y troneras,
se colapsaban de disparos al exterior
la mesnada se agolpaba desde el matacán
hasta el merlón
las almenas acogían las señales de las catapultas
pero los arqueros resistían
aun viendo ceder el modillón
los alientos bélicos se disipaban
al llegar la ventolera de la mortandad.
Lunas de aroma a gloria
permanecían remotas a aquel lugar
Un espejo mostró en vivo su inferioridad
“Dios bendito al cual predico
hoy me has de escuchar…”
Encomiendase el proscrito,
perdido lejos de su vanidad
El guerrero perforado,ansía
de beber y muere en el hambre,
se disipa su necesidad de comer
y aliviose su sed con su sangre…

LOS DÍAS EN QUE MUEREN MIS JARDINES

Conversé con los alevines
en las calles sin adoquines.
Donde diviso los altos pisos,
de putas y alamines.
Trepé por los tejados,
entre ladridos de mastines,
donde bordé como regalo,
las tejas con postines.
Puse rejas en las ventanas,
en las luceras de los soles,
que impidieron cantos a bemoles
y alumbres de colorines.

Avancé arribando a otros confines,
donde se engalana la marrana,
la hiedra,
la hidra que en sabanas yermas
se enreda tras la cama.
Bang-bang
Hizo caso omiso a mis balines.
Miré tras el vidrio sucio,
donde cuelgan, rosas, volantines.
Me tocó el prepucio
y casi me la tiro,
del sofá al colchón,
del bar al figón
y el cascote al corazón
¡ya no me defienden mis machines!


Me cubrí de capines y jazmines
cuando me caló
de tal pestilencia la congoja.
Hice trenzas a la tristeza
y me bañé en los albardines.
Se encendieron las candelas
que estuvieron en penitencia
tras decir:
que el viento que arrastra mi cante,
mi copete,
es de mierda y de grilletes,
que no sabe de clemencia,
que no entiende de la suerte,
que se forro de calcetines.

Resvalé, busque ayuda en los hollines

Caí y rehuyo
el sombrear desnudo del alma,
del perdón.
Que encarcelé al astro,
sin dejar rastro,
escondido tras portón.
Sin comida y poco agua,
con la que se lava y apaga el alba,
en los días sin sol.


Los días en que mueren mis jardines.

LIBERO REO


Encuentro porque busco en el surco del mundo del verso.
Soy cuco en el muerto gesto del junco.
En el centro del truco del beso en el texto
soy libero reo en este hueco tiesto

LÁGRIMAS DE SANGRE


Navegué por camisas de once varas.
Me ahogué en caminos empedrados
de olivares.
Cené pulgas en platos de oro y plata,
que eran como soles que alumbraban.
Me contaron las hurracas
que habitan en tu ramaje:
“Que lloras sangre y no das fruto…”
Mientras yo de luto visto mi lenguaje.

LA ÚLTIMA CENA

Comiendo, cocido, mi corazón con chorizo,
siempre quedará la duda de si fue el caldo
o fue la sangre la que tiño el plato. Manda a un heraldo,
que me olvidé la breva en el cajón del panizo.

¿Y que es una comida sin el cigarro de después?
si no es más que un revolcón de intestinos,
donde sólo ellos de mi amor fueron testigos,
hoy dejé a mi refino con mi espíritu cortés.

De entremés, filete de ternura con dos huevos,
servidos en un ataúd adornado con mil clavos,
untados con mi alma, humeante de jugosos sebos.

¡Ay, me puse bueno hasta con la perdiz del cuento!
Lástima que en el abismo dejé atrás,
todo y cuanto llegué a probar de mi cuerpo muerto.

LA SALVACIÓN



















Pude contar a centenas de mártires que han caído.
Escasos depusieron armas y se dieron por vencidos.
Cuantiosos zanjaron vida y se condenaron al olvido.
Hoy perdimos 100 metros y arrasaron el fortín vecino.
No se cuan lograran resistir, ni si cumplirán su destino.
Hoy solamente lucho por sobrevivir y por ello sobrevivo.
No puedo hallar demasiado bienestar en este camerino.
Si por pensar es por lo que transgredí y fui perseguido.
El adalid dio preceptos de disparar a todo lo que se pondría a tino.
Yo ansié no perder reflexión y andar mi propio camino.
"No cavilaran por mí", pienso hoy, maniatado, muerto de frío,
sólo acompañado en la celda por la foto de mi amor adamantino
Espero réplica a la carta remitida desde este camerino.
Mas sé que el soldado confiado a las cartas, también ha caído
en los 100 metros que arrasaron junto con el fortín vecino.
Escuché que penó al intentar huir del ataque enemigo.
No luchó por sobrevivir y por ello no ha sobrevivido.
Hoy sueño que el escrito hubiese arribado a su objetivo.
La respuesta no llega y me siento consumido.
"Escaso tiempo faltaría", pienso hoy, maniatado, muerto de frío.
Víctima del hambre y torturado por no haber obedecido.
Por intentar no perder reflexión y andar mi camino.
Por pensar demasiado y condenarme a ser perseguido.
Es duro se torturado por los que creíste amigos
y que la única salvación fuese aquel ataque enemigo.
Fui salvado entre gritos, cuando irrumpieron a tiros.
Salvándome de mi prisión, poniendo fin a lo vivido.

JB

Vivo bajo el sol, en una casita pequeña
!Ay princesita! En al que no necesito leña
trepa, trepa hasta llegar a ella
no me llores, que no cada gotita es una estrella..
que mella, mi garra, cada gota
que cada dedo que brota agarra la botella
!ai de farra mi tierna risueña!

IRIS



















Te desprendes de mis abrazos
y bromeas con tu derredor.
Eres la fuerza de mis brazos,
la princesa de mis trazos,
y la reina de mi corazón.

Soy esclavo de tus pasos,
de tus tropiezos.
De tus “no me haces caso”
De tus pintadas en las manos,
Eres dueña de mi lienzo
y la voz con la que canto.

“Tito, pinta esto, tito pinta aquello”
Y por ti, hasta el gris del asfalto
de color es el más bello.

¡Eres tanto!

Vivo por tu sonrisa
por tu llanto.
Vuelo por tus vientos,
por tu brisa.
Tu tonteo,
tu tanteo por las prisas.
Tu jugueteo.
Tus muñecas. Tus rabietas.

Por cada una de tus risas,
una viñeta de este cuento.
Tu colchón es mi camisa.

Eres cuando falto,
Eres cuanto tengo.

HIENAS

“Soy un cabrón” Comentan “por no permitir bocado a mi piel”,
Extrañadas me miran, hoy, las hienas, porque no caigo al suelo.
Los dientes, rugiendo, chasquean mellando los poros del papel,
y ¿que culpa tengo, si vivo con el viento, entre las crestas de tu pelo?
¿Y que, si tengo cien mil cometas que son brillos de consuelo
y más de mil estrellas que deja, como lumbres, el corcel,
que rompe en carrera por mi mente, bravonel,
cediendo al alma y a la razón batirse en duelo?

“Soy un cabrón” Contesto “por no permitir bocado a mi piel”
y observo en lejanía, hoy, a las hienas, porque no caigo al suelo
y en los poros mellados que dejan, tras su mordisco, unto el pincel,
y ¿que más me da pintar desnuda a la felicidad que al recelo?
Si tengo por habilidad hacer ascuas de hielo
y más de mil brillos que despeño como lumbres, como miel,
endulzan la oscuridad de mi mente, carrusel,
tiovivo, eje de mi ánima frente al cerebelo.

HENDIDO

Hendido en un mar de placer,
me encontré al bajar la alborada.
Donde a navaja taché en la pared
el nombre de mi alma enamorada.
Que no pudo ser otro, si no el suyo,
pues mi alma a su dulzura fue ligada.
Y allí, en el andén del desdén, encontré
aquel tren que no supo volver,
que dijo que: “joder,
que él no se enfrenta al baile de las hadas”

HAN CAÍDO


Han caído las hojas brillantes del negro junco que es el cielo. Han caído, presas de la locura que aporta el cruel sonido de los enamorados. Han caído, glosadas frente a los pies de los jaramagos. Han caído, tras los matorrales, que sirvieron de morada a los mesoneros de la pasión, admirando sus esclarecimientos, aprendiendo así del bello sentimiento que les falta. Han caído, sin duda, para alumbrar, a pie de calle, nuestras noches más largas.
Han caído, y no les dolió la altura, que cada metro fue dulce, que el golpe fue de espuma parda en las matas de tu pelo. Han caído, y no padecen por las desdeñas de su Señora, que ahora cabalgan sin reina, sin riendas, sin gualdrapa y sin montura, tras el fulgor de tus ojos. Han caído del trapecio que acunaba el viento, el aire que ahora es susurro, murmullo de hedor a oporto, el muro contra el que fueron a parar mis demonios. Han caído, y no en vano. Han caído solitarias, en el cobijo del abrazo,
siendo bendito cada poro de las palmas de tu mano. Han caído en las nanas de tu voz. En el frondoso bosque de tu ébano, sin sufrir falsos rechazos. Han caído en tu cuello, como el bello collar de perlas, que no hace más que agraciar tu sonrisa con esplendentes destellos. Han caído por la clavícula. Han caído por tus senos y no, no fue largo el camino a la cumbre de tus pechos, pero que no falseen los eruditos y sus ajeos, que cada paso fue gloria, cada paso una historia que surge de mil deseos. Han caído por tu vientre, enhebrando cada recodo, cada tensión y nervio, cada sonrisa esclava de cada cosquilla. Cada gota de sudor que ha caído, junto a ellas, las estrellas, por el camino de tus caderas, junto al umbral de la puerta que deja entrever el pleamar vehemente por el que pasan ligeras, cayendo así por tus piernas, enarbolando la sensación de los ardientes caudales que se tragan las quimeras. Y soy pintor de sueños reales, de lo que ves. Que han caído, lunar tras lunar, por tus espaldas, hasta llegar a las crestas de tus pies. Después de dejar a un lado cualquier agravio, tras el roce inusitado de tus labios. Han caído, convirtiendo humedad en miel. Han caído, por su cuerpo, pero yo la quiero y
la amo, mucho más allá de la piel. Y han caído también en mi sueño. Y han caído, convirtiendo estima, en la cálida acogida del amor, del que ni yo mismo, junto a mis versículos, soy dueño.

Y han caído…
Y han caído las estrellas
y caen y caerán
y no dejaran de hacerlo,
no si esta ella, dama libertadora
de las pasiones más sinceras.
Y han caído…
y yo elidí
y caen y caerán
y no dejaran de hacerlo
que una a una, mi amor,
se despega del cielo por ti.

GANAS DE SUFRIR


Acuclillado en un bordillo que clavetea un precipicio, conduciendo a una solapada perdición, me encuentro yo. Puse un pie, colgando de mi fe, hacia el círculo herrumbroso al que me guía Caronte. Osé perder en el abismo (sucios todos sus rincones) en esos desflorados matorrales que escondieron vómitos de falsos pecadores, mi mirada. Tuve la certeza de poder socavar mi pena en nubes de gris tabaquera que ruge, en mi pecho, trastornando bronquios que se tachonan en toses y esputos que cuelgan de la boca, rompiendo su cuello contra la soga, por no poder habitar jamás las orillas donde van a morir tus jugos, tu saliva. Me hice un tatuaje con el fuego de Prometeo y me cague en su puta madre por haber traído tal ardiente furor a mi alma, avivando mis venas, chamuscando mi corazón. ¡No te quejes! Que la hija de Tifón y Equidna no devora más hígados que el águila que tiene por nombre JB. Que era al fondo a la derecha donde, cubierta de orín y abetunada con deshechos, prostituida, tal vez violada y cubierta de sal,
se vislumbraba mi alma. ¡Si es por vicio esto de vivir para morir! ¡Y que se atrevan, los felices, a quitarme a mí las ganas de sufrir!n, los felices, a quitarme a mí las ganas de sufrir!

FRENTE A TUS BAILARINAS

Más se volvieron, las hadas, mezquinas,
por no ser los besos ya besos.
Dejaste olvidadas tus bailarinas,
y reclusos, en las cintas, mis versos.

Allá tus bailarinas,
allá tus zapatos,
allá en un rincón mi alma, mi vida,
allá en el abazón los buenos ratos.
Olvidada la luna infantina,
revestida de cobres y estaños.
Y buscándote, mi esencia, en la calina;
buscando mi sueño en garabatos.
En plena amargor asesina,
mi pleno corazón
buscando la salida.
Queriéndote en pesares,
ahogándome en mis mares,
con una única medicina:
contar mis relatos,
observando tus bailarinas,
guardando tus zapatos.

Y, tu calzado, encontré en mi vitrina,
relegado ante el efímero amanecer,
y yo feliz, viviendo en mi mentira,
pensando que quizás tengas que volver.

Viendo que los sueños no son sueños,
son tan sólo pugilatos.
-¡¿Pero a mi que más me da?!-
Que los tactos no sean tactos,
sean tan sólo esos buratos
si ya no me importa na’…
Sabiendo que tu cuerpo, no es tu cuerpo
y yo sigo siendo esa mierda,
ese falso y retrato
que sin ti no supo amar.

FALSAS MIRADAS


El niño abrió el libro, mas no entendió ninguna de las palabras que ante él se escribían,
eran ininteligibles para sus enturbiados ojos, para su enturbiada mente ya bastante
atormentada. Los recuerdos no mermaban desde el día desastroso en que le fue amputado
algo vital, no era algo físico, por ello el dolor se marcó, por siempre, en los rincones
de su vida. Volvió se con el tiempo persona huraña aun siendo un crío y pocos fueron los que
se acercaron para prestarle amistad, para compartir sus pesares...cercaron sus miedos y sus
demonios con falsas risas y evitaron a toda costa someterse a aquel control,
un control anímico, con furtivas miradas.

FALSA VENTAJA

La moneda, a potra, se desahoga frente a la alhaja
que escribo y tacho, a cara o cruz, por suerte,
dejando mi mente cabizbaja, si no se cosca,
apartando moscas con mi pluma como cernaja.
Intenté tentar a la muerte con un elogio,
y del as en la manga, me comí toda la baraja,
creyendo, tonto de mí, sacar ventaja al demonio.
Y me consumí en un mar blanco llamado folio,
y anduve por callejuelas con mi amigo Odio,
quebrando tinajas, sin ser una migaja,
fumando cerraja para colorear mi oleo.

ESPERA, PALABRA


Ruda, tosca, zafia...
podría decir.
Sufro de no saber vivir
sin ti y sufro de agrafia.
Bárbara, torpe, basta.
Acude si miento,
solivianto de lamento,
hada nefasta.
Bruta, rústica, atroz.
Percata el sueño.
El canto al ulterior.
El acento de mi voz
y espera sentada,
palabra huraña
a que llegué nuestra amada,
la que nos viste de luto en lejanía.
La que nos entrega el fruto,
el regalo bendito,
la escritura tras la esencia,
aun sabiendo de mis fechorías.

ESCONDIDO EN LOS ALEDAÑOS

Mi tasca esta en tabernas de interiores
sin fachadas, de fantoches y borrachos
de falsos roces y penachos.
Del clamor de tus piernas
y sus buenos ratos.
¡Que no coño!
Que no me excitas.
Que tan solo hablo de tus ojos
con las gomas de tu braguita,
de aquel otoño,
de conseguir no pensar en ti.
Hoy me he vuelto a equivocar.
He muerto por dejar de existir.
He muerto por dejar de llorar.
Que soy feliz, que sí…que…!no se!
Que ya me bañe en los ríos de soledad.
Que ya despeñé mis huesos,
dejándome los sesos,
contra el empedrado de tus rocas.
Que a veces no abro ni la boca
e irrumpen a tiro las moscas.
¡Ay que me corro si me toca!
He volcado cenicientas y zapatos.
Cruentas guerras entre sapos,
Que se enzarzaron por tus
besos en la colección de
tus bastos harapos.
Y yo crecí huraño,
en el daño del medio
del cenicero pérfido, antaño.
Cuando los cuerpos eran caricias
mi mantina era viento
y mi devenir tacaño,
áspero de corazones y pasiones.
Y hoy no.
Hoy no más tormento.
Hoy no más perdones.
Hoy no más amores
escondidos en los aledaños

EN UN VASO DE TUBO CON BIEN DE HIELO

Como envueltos en alfombras yermas,
caída la manzana entre tus piernas,
discuten, cual niños de rizado pelo,
todos los tontos pensamientos,
ausentándose en un sentido tuerto.

Siendo cruento el potaje de mis yemas,
avivaron las llamas los alcoholes de panales
para ahogar mis pañales en lumbres de venas
donde las camas caídas en aspas de alambre,
cortaron retales de garbanzo y olor a trena.

Pasando hambre, mis garras, de paredes
molidas en piedras de mechero, como rueca,
encontraron muñecas de paja y lija en el abacero.
Que si se para el viento, se para mi alma, me paro yo
y se para mi cuerpo en cualquier abrevadero.

Que mi alma es de muerte, de baile, de Medievo,
de loco, de miedos, de ciegos de hincar los codos.
De brisa, de prisas, de andar gateando por el suelo.
¿Qué como me lo tomo?
En un vaso de tubo con bien de hielo.

EN MALA HORA ME OFUSQUÉ


En mala hora me ofusqué,
tras pie tras tras pie.

Trasgo del musgo seré,
en tu iris soneteado
en harmonías de malas cluecas,
de sueños atalayados,
en ruecas con ecos de manteca,
de trigo, de espigo,
donde me trueco por tu mueca.

En mala hora me ofusqué,
tras pie tras tras pie

Pasto del pisto seré
en tus ojos ribeteados
con melodías de muñecas,
de sueños almidonados
en el fuego de la libertad azteca.
Que más vale pájaro volando
que bailar mal un minué

¡Vuela, vuela mi Áditi, mi holleca!

EL DESDÉN DE UN SIERVO


…Se subió en mi hombro, como acunado por el propio recelo que exhalaba mi faceta,
reflexionó con sus garras clavadas en mi espalda, pensé de nuevo.
Su expresión es sagaz, su esencia fuerte, sus plumas revolotean en la estancia
pero nada de ello me ayuda. No aguardo pasar lo que me queda,
ocupando mis oídos con su aletear,
reparando en su copete que cae a cada nimio paso del tiempo…
Dejaré de lado mi carrera, mi pesadumbre, mi congoja...
borraré la historia, el desdeñado chismorreo que sobre mi se cernía,
para enarbolarme bajo el umbral en que ha de morir…

DUEÑO DE MÍ

Pude ver…

mis abrazos como migajas de celajes,
ahora que el sol se marchó entre mentiras,
de tiras de restos de vías ya perdidas,
cambiando mi túnica por cualquier ropaje.

Al volver…

desde las fronteras me hablaron los tábanos.
Mil senderos tropecé cayendo en mil páramos
y no paramos de follar con la felicidad
en las hierbas que se convierten en púas
si no las riega el agua que pudre la soledad.

Al marchar…

mi señor dejó su alama a un risueño,
al cual el dueño, entregó, marchito,
un cachito de ese trozo de leño,
ceniza de mi enajenación de ceño,
bendito pan quemado el que toco mis manos
rustiendo mi palma y no mi sueño,

allá en tu mirar…

DONDE NACEN LOS TÁBANOS































Espérame rauda en los álamos.
Espérame en la cuna donde nacen los tábanos.
Allí en los páramos donde cantábamos
y vayámonos,
albor de la luna,
paño de la locura.
Corrámonos en la furia de la juventud,
donde no importa nada,
donde no cortan las espadas,
donde sólo existas tú,
donde se halle tu fragancia
donde no aja la arrogancia
donde sólo existas tú
allí en los páramos
donde nacen los tábanos
donde sólo esperas tú…

DIABLO

De aspecto sensual es el diablo que se cierne ante mi, situado en su trono.
De elegante porte es el demonio que nos arroja al abismo del cual procedemos.
Alejóme de vida y ahora vuelve reinando sobre su malvado Imperio.
Portando de mentiras su lanza y de malversaciones su mente.
Dióme muerte y regresa para regodearse entre las vísceras.

De sedoso cabello es la dama que aconteció mi abandono.
De recio instinto es la bípeda que despoja de atisbo a los blasfemos.
Tomóme en su lecho como certero afán a su adulterio.
Asiendo traicioneras estacas y hedor de disfraz pestilente.
Agarróme, al indecente esclavo de las más sinuosas abaceras.

De remilgos y respingos creó a este pasto de su abono.
De necia suerte creé mi Imperio al otro extremo.
Ahogóme en el sol que nace ajeno a la bruma de su cautiverio.
Transformando mis delirios en escritos, avivando faz inerte.
Transformóme en enmiendo del poeta de rosas tabaqueras.

DESEO BESTIAL

Me alojo en el deseo bestial
de la propia bestia
vestida de quejas
de mala modista,
de mala modestia.
No es muy lista,
que por funesta letrista,
el alma llenó de soledad,
epíteto templado que apesta,
experta boca que saciar.

Fiesta en la cima del climax
entre brisa de mar
donde lejos aulló el olvido,
la protesta
tras el derribo frío
al que arribo,
Después de cruzar
aquellas inhóspitas montañas,
con crestas de migraña,
donde comen las arañas,
en los festines de mi olivo.

En el alamar

donde lloran mis ojos,
frente a los que ella se atalaya,
se acicala,
presume en la talaia,
cercana a la capilla
donde el reo reza
siempre al recio lienzo,
donde pienso
y por pensar
no salgo ileso,

por las puntillas del fracaso,
en las encías del ocaso,
donde me pudo el peso
de cien payasos
que vendieron mi alma.
De cien pasos
que no encontraron calma.
De cien negados,
que como yo,
buscaron tu cama,

para dormir en tu pechera,
para vivir donde quisieras,
para acabar siendo quimera,
fiera que se alimento de sueños,
de deseos,
de besos que no se dieron,
de carbón,
de revolcones que sufrieron
únicamente las pichonas,
las golondrinas y palomas
que contemplé desde el balcón.

DEL TERCIO ESPAÑOL

En mis alforjas porto un alma apesadumbrada
en mi cabeza unos pensamientos ardientes
Entre mis dientes, una lengua revestida de verdades.
Y en mis manos, el poder de una espada.
Algunos dijeronme mercenario, huraño. Antaño
siervo de la fragua del fuego de Flandes.
Hoy más daño y menos caso,
menos condecoraciones y mas muerte.
Menos suertes y más cascos,
más escudos quebrados,
mas rostros pálidos,
más retales resquebrajados
de una sociedad inerte,
escondida en los Olivares,
de un perdido rey
donde la ley apesta.
Donde fui, soy y seré
maldiciendo a Malatesta,
en la tasca donde bebo
y vendo mi hoja,
donde entre el clavel
y la rosa, su Majestad es coja.
¡Donde aprendo de Quevedo!



DE LA ÚNICA MANERA QUE SÉ

























Convertíme en monstruo.
En la abominación del espejo que difumino mi rostro.
Acuoso espejo que mientras engañado pescaba luna, me mostró,
el atavío bruno con el que leviatán reina.
Me pedisteis traer flores y yo... tragicomedia

DAMA BLANCA


Dama blanca,
que caminas cabizbaja,
entre los celajes y embalajes
de las bardas nubes.
Atada a la luna
y al perfume de mi cama.
Las tierras son amplias,
los caminos largos,
los molinos ajetrean mi encargo,
soy ahora un peregrino vendido al diablo.
Mujer, como yo solo sé
desabróchate el corsé
y camina bajo el sol desnuda,
a merced del tiempo
que nos hace envejecer,
a merced del viento,
que no te ha de mover,
dejando a un lado
los mendrugos de tormento
que no nos han de vencer.

CUELGA LAS BAILARINAS

Cuelga las bailarinas,
hoy es huelga de hadas,
hoy no salen mis madrinas:
que tienen que ondear tus faldas

Cuelga las bailarinas.
Cuelga tus zapatos.
Vive las noches beduinas
enredados entre harapos.
Olvida las lunas agatinas
revestidas de acetato.
Prendámonos en la calorina
volviéndonos dos jatos
En pleno calor de la vida.
En plena pasión
forrada de saliva.
Cuelga tus pesares.
Báñate en mis mares.
Con una única doctrina,
con un único trato:
Deja las bailarinas
y cuelga tus zapatos.

Cuelga los zapatos
junto a la percha.
Déjame dormir en tu pechera.
Olvida cielo y tierra.
Recuerda cuando marchábamos
aquellos ratos, como gatos
caminando por la carretera
hasta llegar a tu cuarto.

Por un día,
solo por un día
cuelga las bailarinas
y ven conmigo a volar.
Donde los sueños
no son sueños
porque no hay porque soñar.

Donde los besos
no son besos
si no te los puedo dar.

Donde tu cuerpo
no es tu cuerpo
son sonetos
de los versos
del poeta
que sin ti no supo amar.

¿CÓMO?

¿Cómo no voy a escribir sobre ti?
Si eres mi mano, mi lápiz, mi goma
Mi papel, mis sentidos, mi mente
Mi imaginación,
Mi ufano, mi tapiz, mi aroma
Mi dintel, mis latidos, mi mente
Mi corazón
Mi indagación en la escritura
Mi pluma y mi dulzura
Mi alianza en el lienzo
Mi existo, mi pienso.
Mi bravura en el blanco océano.
Mi ternura
Mi pasión.
Mi caradura.
Mi Quevedo y mi Gongora.
Mi honor y mi deshonra.
Mi buena poesía
Mi solemne picardía
Mi basura.
Mi mirada al folio
Mi poco odio.
Mi te quiero, mi te quiero, mi te quiero, mi te quiero, mi te quiero…
Y no soy buen escritor…
pues aquí siempre me quedo…
ensartado en mi locura.

CLAREANDO





















Ventolera levantas con tu falda,
y me quedo sin habla.
Tantas y tan pocas palabras
para contigo.
Y es que me olvido,
del olvido, de la muerte,
de mi poca suerte,
de ser escritor,
de la pluma,
del traqueteo del tractor
que mueve mi corazón,
de la luna,
del lobo,
de la bruma y del lodo.

Solo me acuerdo de tu sonrisa,
la brisa que acuna los deseos
de felicidad y emociones
por todos y cada uno de los rincones
donde dejé abandonada a la soledad,
la enfermedad, esteta, de desilusiones.

Mira niña, que te tengo a ti,
que no estoy acostumbrado,
pero ya me hecho al cielo.
Que soy feliz
en el carmín de tus labios
y el olor de tu pelo.
Sin agravios y sin miedos.
Con contactos con tacto y
contiendas con contoneos,
con tanto vino.
No contuvimos refriegues
En si, heces de ego,
memeces de ciegos.
Donde dejamos al dios dormido,
cansado de no conseguir mejores ostentos,
mejores maravillas …
que el roce de nuestros cuerpos,

Que aguas a la mar…

Que no se del mentir,
y no me se callar,
que solo puedo decir
“No, lo siento”
Si algún día
me preguntan aquello
de si entiendo,

a que sabe dejarte amar.

CIEN CORAZONES

Algún día sabré de alfileres.
De coser en mi pecho cien corazones
por cada cien atardeceres,
por cada uno de los perdones
coser botones
que abarquen dos seres,
sin sufrir más decepciones.
No me tienes que pico.
¡Ya me tragué los cojones!
Adiestró el diablo a este chico
en estos misereres,
entre adicciones de achuchones
que me pones si me quieres…
que hoy por hoy
crecieron en los colchones
espinados somieres.
!Ay si tu supieres!

CAZURRO

Soy un cazurro,
ahogado en los mares
de libros de estudio,
Destinado al averno
con oficio de taciturno.
Portando pañales,
ya me crié siendo tuno,
bruto, sincero, avaro
en las faldas de la soledad.

Cobijado bajo el muro,
bajo el manto de los males,
calentito en mis apuros.
Destinado a ser nocturno,
siendo amigo de ninguno.
Muerto entre retales
por guiarme, el aceituno,
culto, esbelto, claro
siendo versos su mortandad.

CARDO ENTRE LAS ORQUÍDEAS

Más que las palabras me conoces,
más alto su mandato que las voces.
Más perro,
fiel, certero.
Mas gato,
esquivo, férreo.
Más me comporto mal cuando no quiero
Menos escritor y más carcelero,.
Usurero de pensamientos muertos,
difunto entre rastreros
que arrastraron almas a la desidia.
Más fracaso y menos envidia,
Más la amo y más lo siento,
por ser cardo entre las orquídeas.

CARCELERO
























Me pierde mi temperamento,
el tiempo que paso muerto,
el letargo,
ese lagarto de piel verde
que me miente.
Mi tormento,
el amargo requesón de la pasión
el dulce hierro, férreo enemigo de la razón.
El talento que nutre, sereno, el dolor,
El color de la hojarasca, ese chasco
que entre charcos amedrentados
inundaron mi tasca.

Y de lado a lado,
busqué el tabaco
con el que atiborrar mis pulmones,
con el que realzar cien coces a voces,
huyendo del tic-tac de los relojes,
del toc-toc de tus tacones,
del guiño de la luna,
tras el ñic-ñic de los roces
en los trojes
quebrando las aceitunas.
Espero que exista alguna bruma bruna,
donde dar a conocer a mis cojones,
la dulzura de una cuna
que se tachone, se entablille,
para inolvidables acciones

Y es tu portilla
la que incita a ser abierta.
Y es tu camisón,
y fue ese beso en la mejilla,
el peso que abatió a este ladrón
que cayó por la cornisa
y hoy no se hace en pie.
Admira la brisa desde el colchón,
con colchas de charol,
y un gato con el que charló
que le dijo que era carcelero de un escriba
compañero de su anegado corazón.

CALLA

!Ay quita, calla!
Que ya se me pasó
eso de ser feliz.
Locura que condujo
a este canalla
que fue loco por decir
lo que pensaba
sin pensar lo que decir

BISBISEO DE UN ARRUMUECO

Trinchado en vocablos de férrea desbandada
que llegan atrincherados en nuevas cortesías.

Mil noches de dientes y de pluma atronada,
con relinchos de cinchos que ciernen cobardías.

Pavores que han tamizado la lumbre de un trastrueco;
fulgor de mil palabras que han callado tantos ecos,

del diantre demonio, en el abazón del corazón;
hoy volando sobre el folio, su rostro, su gallardía.

Hoy claroscuro; hoy el iris del tamiz de un muñeco
hoy en mi colchón, el sueño es el motor

que enciendo lozanías,
en el bisbiseo de un arrumueco.

Hoy tus aguas, mi travesía.

!AY, ESTRELLA!

Refunfuño
Siempre lo hago.
Rumio y rumio
y carezco de halagos.
Reniego entre bufos
y brujos, brujas
que de agujas sacaron sus embrujos,
cortejos de falsos miedos
que convirtieron el pellejo
del conejo blanco en azabache,
y yo seguí tuerto y ciego,
dando tumbos por el mundo,
entre bache y bache,
iluminado tras el broche
a trote y moche
del lenguaje.
Gaje del oficio,
de un amor prohibido,
si cabe,
de un amor sin engranajes.
Que me tachen,
de bohemio, de artista,
de la lista del genio de los deseos
que yo no soy de esos de los sueños
que soy dueño de mi vida.
Y llámenme truhan,
Don Juan o Don Nadie,
soy Don Aire,
Don de los susurros
de los burros en jauría,
en orgía de placeres
de deberes, ven si quieres
y no hieres a la palabra.

Ay, la estrella que me guía
¡Ay la estrella que me ata!

Ay la estrella que me ilusiona
¡Ay la estrella que me mata!

AQUEL LUGAR


Se enlazaron las trabas de las larvas que hicieron buenos guisos en los mares de camastros en que, entre las crápulas y el tiempo que cosió el nido del olvido, enfotaron las dudas. Por el cual, bajo las faldas de los ventanales sin cerrojo, pasé la fregona. Entre las baldosas de los bosques y los pulpos de las moscas, que fueron solapados por los orines de mis olivos al ver a la luna guillotinada por la barandilla de tu piso. Donde mueren las ataduras esperando en el descansillo donde reposan primaveras adormecidas, cansadas de árboles con antenas, de que no paseen las gitanas por los baluartes de desastres y aguardiente. El lugar donde me atavié con camisas de once palos, recibiendo uno más cada vez que me las ponía. Donde me calcé las botas de plomo para tantear tu dorso, sin esperanzas de valer nada, sin gallardías que merecer, ya que fue la chacinera la que hizo embuté de este cochino y guió al desdeñado ser de poca monta al fervor de tu camino, donde reposan las limosnas de nuestros sueños y huelgan los amores transformados en rocío.

AMAPOLA

La amapola comenzó a volar,
ya quebrada en sus folclores.
Violado su olor de azahar.
Siendo sus pañales de burlas
y de guasas sus pezones.

Supo más de mulas que de estrofa,
inquiriendo quehacer entre señores.
A fin de blanco para mofas
fue crecida entre las vías
para aprender de sus errores.

Fantaseó con mendrugos y migajas,
educada por mendigos y patrones.
Creando de adobe sus alhajas,
de forraje sus colgantes
y de mierda sus tacones.

No aparecieron en monedas
los pies que mimó a los reyes bufones.
Que floreció en la luna llena,
grabada en uno de sus costados,
la faz de los traidores.
























De la amapola, perseveraron sus fonemas
embutidos en los paredones.
Que con su trova arruinó este poema,
convirtiendo cada verso en ron.
¡Que de la bebida hizo religiones!

Se acicaló, siendo heno su pelo,
enjuto por la peineta de abjuraciones
Que portaba el alma como velo
el cantar como camino
y el oficio, etiquetado por cojones.

Ya clareó su piel morena
y se apagaron las aclamaciones
se tornaron azul las venas
solo pidió vivir
y encontró tropezones.

Hoy duerme en los matorrales,
sin cantos, ni poemas, ni abusones.
Meciendo bajo el brazo sus males
encontrando la deseada tranquilidad…
No pediré perdones….
Por romper el poema…por cantar su juventud…

gitana…como me dijeron las hojas de romero
”mi casa esta donde estas tu,
los mismos clavos, la misma cruz,
los mismos clavos, el mismo ataúd”

ALMA TUNCA

Me encanta el arte,
con la punta de mis dedos,
bajo las sabanas mullidas
de un reluciente rocío de invierno,
ése de tullida alma suicida,
esa mente sin razón que desflora
con rondanas las rosas del averno.
Y aunque replique el calor de la habitación
y mi polla se alcé en mi contra,
mi cariño es el de un niño con gestos de consuelo,
quedando con suelo tras mil caídas,
desflorando crisálidas en mi cuaderno.

De panza en los pinares,
con trigo en la garganta,
matando mis cantares,
tachoné mi colchón con migas de arenero.
Puse el zócalo, pintando mi pelo
con escarpas de acero,
cercando mi desidia
con puntas de lienzos impasibles,
de girasoles que mueve la brisa nidia de silencios,
de necios rodeados de envidias,
de bozos y esbozos a las puertas de una cecidia,
subiendo al trapecio de tu cuello
donde yacen los temblores de tu voz,
donde rugen los arcabuces,
donde apagué ya mis pocas luces
sin saber de gayas ni de insidias,

sólo de esa alma tunca.

Que no aquel que habla con malsonante son
es más bellaco que aquel que mata una sonrisa,
que aquel que quiebra un corazón.
Que no es aquel que otorga por callar
el que habla en verso con apariencia bayunca,
que no será por querer que barnice mi ataúd
que me toca ser igual que nunca.




IGUAL QUE NUNCA...

ALMA INACABADA

Cuentan que no hay genio sin gramo de locura.
Dicen que la luna se ha cansado ya del sol:
aúlla que las más reales letras son de desamor,
a pesar de que las selle la tortura.

Mirando, tuerto, sin cavidad en el cielo,
cuantiosas heces pise en el mundo
y siendo, hoy, tan sólo un moribundo
pidieronme escribir lo más hondo…subsuelo.

A todos di lo que todos de mi pidieron,
llegué, vi, y vencí, sin llegar a dar pasos
que de mis mismos pasos desvanecieron.

De mi larga, espinosa, intranquila, parrafada
llegaron a estudiar un cosido corazón,
escueto en un alma, un alma inacab…

ALGO ASÍ ME DIJERON


No es culpa mía,
si para escuchar solo tengo un oído, como un ciclope
Si para ver tengo cien ojos como una medusa
y cual quimera, veinte serpientes tengo como lengua…
o algo así me dijeron.

AL IGUAL QUE VIDA

Hoy, a mi imaginación,
a volado que me dejarás
y no me ha dolido.
Hoy sin amor podría vivir,
lo sé cuando te miro.
Pues al igual que vida,
muerte es digna
de escribirse
en un papiro.

AIRES DE VENTISCA

-Os saludo. Aquí estoy hoy para a avisaros a vos, cruel señora de ninguna parte,
que se acabó el estar sediento del anhelo que me acarreáis.

-¿Encontrasteis ya la respuesta a vuestro dolor, mi señor sin nombre y sin pasado?

-Nunca. Mi dolor sois vos y vos desaparecéis cual viento de otoño entre los matorrales.

-¿Y ese viento no es el mismo que mece vuestro cabello y aviva vuestra
faceta en estos momentos?

-Sí, por eso aquí me encuentro. Para hallarme con vos de una manera plena.
Convirtiéndome en polvo…convirtiéndome en aire.

-¿Qué decís perturbado?

Preguntó la mujer, mas no hubo respuesta por parte del interpelado.
Un cuchillo yacía en su pecho. Su rostro no reflejó la agonía de la muerte,
pues su lecho lo meció el viento y su nicho dibujó una sonrisa.

ÁDITI

Áditi caminó por mi vientre vestida de sonrisas,
recordó el huerto de Soria, el camino de Moria…
y viajó acunada por mil ensueños sin prisas,
donde hizo trizas las tenazas atusándose las trenzas,
rompiendo las drizas sin menazas cubriéndome con lienzas,
comenzando mi vida, iluminando mi historia.

Huyó sin volver la vista atrás al llegar la alborada,
dijo que no podía, que le pesaba la memoria…
y tanteó, cegada por mi pena, buscando la calzada,
donde cogió con pinzas las mordazas comenzando la simienza
de las enamoradizas pinazas que clavaron mi vergüenza,
desgarrando mi eje, quebrando mi noria.

7 PECADOS

Si muero mañana, tranquilos, no estaré solo.

Me encontraré con mis mentiras,
con mi lado malvado, mi Ira,
allá en el desmembramiento
que provoca Satanás.

Conllevaré estancia con mi Envidia,
esa que se entrega a toda gente,
esa que vive en aguas inertes,
donde se zambulle Leviatán.

Compartiré sueño con mi Lujuria,
donde entre fuego y azufre me veo,
en aproximaciones a mi furia,
asfixiado por el manto de Asmodeo

Quizás comparta mesa con mi Gula,
hecha de retales, en forma de ataúd,
destinado a merendar corazones
servidos por el mugriento Beelzebub.

Quizás miré de soslayo, y entre señores
vea a mi Avaricia colocada, como dicta el canon,
en un baño de aceite hirviendo
donde prende la llama de Mammon

O, puede ser que, de esto, me de Pereza
Y me encuentre con esta última
Que no siente ni padece, que no sabe del amor
Que sólo sabe del veneno de la lengua de Belphegor.

¡Oh! Pero por favor
No quiero en tus ojos lágrimas,
que no son victimas mis páginas,
aunque no sepan de pasión.

Que me da igual si el sol me tima
y sé que la luna sólo fue su clon.
Que mi realidad es una ficción.
Que mi vida sólo fue una pantomima.